divendres, 28 d’agost del 2009

LES ASSEMBLEES AMB XIQUETES I XIQUETS

D'entre les coses que es poden fer durant les 3 o 4 hores d'esplai setmanal, l'assemblea és sense dubte la més important. Si no fem assemblea obligatòriament, l'esplai ja no pot considerar-se una alternativa educativa a les activitats de consum i prou oferides actualment per les empreses que es contracten pels ajuntaments.
Als monitors els costa molt entendre que l'objectiu de l'esplai és que els nanos estiguen organitzats, i no entretinguts. D'una altra manera, l'assemblea es fa si o si, l'activitat pot anar malament, i no passa res (si no és un desastre un dia rere un altre, clar).
També és important tindre en compte que fer assemblees no és suficient. Si tenim un compromís amb els valors de participació infantil, progressisme i laicitat, l'assemblea ha de tindre un enfocament concret. Pensa que les entitats religioses que treballen amb xiquets fa anys que fan assemblees, també.
Per fer una assemblea amb xavals entre 6 i 12 anys hem de tindre en compte una sèrie de consideracions:

Moment de fer-la i Durada
He fet assemblees abans de començar les activitats. També les he fet al acabar, abans de marxar cap a casa. I la veritat, és que dona igual. Si la tens ben preparada anirà bé quasi sempre.
El que si està clar és que la durada màxima és 20 minuts, i 15, el temps ideal. Si ens passem, perdem efectivitat, doncs es cansen. Per aixó la clau és que estiga ben preparada.

Qui la prepara i qui la porta?
(diferents fórmules, rotatori, sempre la mateixa per la que fa les dos coses, recomanat sempre 1 mínim 3 mesos)

Com s'estructura
...

Donar informacions als xiquets
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Quines coses poden decidir els xiquets?


Presa de decisions
(treball en subgrups, barretjar als tímids amb els altres, menuts amb grans, fer el germà major)

I si durant l'assemblea els donem feina a ells?


Una assemblea dinàmica: anem canviant-la per aconseguir fer progressar als liders!
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dijous, 27 d’agost del 2009

Fábricas de ciudadanos (publicat a EL PAÍS)

Un país tiene lo que produce. Si necesita algo, debe fabricarlo. En estos treinta años de transición y democracia establecida, ¿qué ciudadanía hemos creado?, ¿cuál es el nivel de participación socio-política de los jóvenes españoles?, ¿en qué valores están siendo socializados?, ¿qué educación moral reciben los niños y adolescentes?
Diversos estudios sociológicos nos muestran la existencia de adolescentes y jóvenes que tienen actitudes y prácticas propias de una ciudadanía activa. Constituyen, sin embargo, una minoría frente a una mayoría apolítica e individualista. En los últimos años ha disminuido el asociacionismo juvenil.
Hemos construido democracia política, carecemos de democracia económica y todavía tenemos pendiente la tarea de tejer una moral colectiva basada en la práctica de virtudes públicas. Si queremos una sociedad en la que crezcan la libertad, la igualdad y la fraternidad, debemos dar prioridad a la educación moral y cívica de los españoles. Los valores tienen que ser transmitidos, las virtudes han de ser enseñadas, los comportamientos solidarios deben ser impulsados a través de una pedagogía del compromiso cívico. Necesitamos, pues, fábricas de ciudadanía.
El análisis de la LOE debe insertarse en este horizonte. Todos deseamos una enseñanza de calidad, reducir el fracaso escolar, fortalecer el conocimiento de las matemáticas, la lengua, las ciencias naturales y sociales, etcétera. Sin embargo, la enseñanza de las diversas asignaturas debe estar conectada con un objetivo superior: la educación integral de los estudiantes en su dimensión psíquica, afectiva, moral y cívica. Toda enseñanza sin educación, basada en una tecnocracia de la didáctica, por mucho éxito escolar que consiga, fracasa si no logra formar ciudadanos morales y activistas sociales. Desde esta perspectiva, me alegra que se haya introducido a través de la LOE la Educación para la Ciudadanía como nueva asignatura superando las presiones que desde la derecha y la izquierda se oponían a la misma. No se pretende infundir una ideología estatal en los alumnos, sino crear un ámbito específico para socializar en los valores morales de nuestro orden constitucional, analizar los problemas sociales de nuestro tiempo y motivar la participación en la defensa de los derechos humanos mediante una ética de la responsabilidad y de los deberes de la ciudadanía activa.
¿Basta con una asignatura específica para formar ciudadanos? Creo que no. Es mucho lo que desde ella se puede conseguir si se establecen unos contenidos y una metodología adecuada. Si no se acierta en esto porque un grupo de presión impone y acota unos contenidos, excluyendo otros, perderemos una ocasión histórica. [...]
¿Son los centros escolares las únicas fábricas que deben producir ciudadanos? En modo alguno. Con bastante cinismo tendemos a desplazar a los centros de enseñanza las responsabilidades que deben asumir otras instituciones. Estos centros no pueden resolver los problemas causados por la irresponsabilidad de los padres, la mercantilización de los medios de comunicación social, el despotismo empresarial, la incapacidad socializadora de iglesias y partidos, la carencia de políticas educativas extraescolares de los ayuntamientos, el débil asociacionismo infantil y juvenil (sobretodo el infantil y sobretodo el juvenil), la alienación creada por la industria del tiempo libre. Si no creamos una red educativa de todas las organizaciones que intervienen en la formación de las personas, lo que haga el mejor centro escolar contracultural será destruido o, al menos, diluido por una organización societal que lo que quiere es individuos hiperproductivos e hiperconsumidores, pero no ciudadanos morales, ilustrados, críticos y participativos.

Del mismo modo que el Estado de Derecho y el constitucionalismo moderno se basan en un contrato social, nuestra sociedad civil debería cimentarse en un contrato ético y educativo para crear la ciudadanía nacional y global que España necesita. Sería una especie de convenio colectivo asumido por las asociaciones que han de crear civismo. En primer lugar, habría que instaurar un contrato entre las familias y los centros de enseñanza basado en un acuerdo sobre deberes educativos compartidos, lo cual requeriría un nuevo tipo de tutorías. En segundo lugar, se tendría que establecer un contrato entre los centros de enseñanza, los movimientos sociales y las ONG para introducir en los ámbitos escolares la iniciación al activismo social.
Existen otras fábricas de ciudadanía que son imprescindibles. Necesitamos que los medios de comunicación, especialmente la televisión, tengan una regulación educativa y un código ético. Hace falta también cambiar la organización del tiempo de trabajo para que los padres tengan más posibilidades para educar a sus hijos; para ello se requiere innovación en las propuestas sindicales, política netamente socialista en el ámbito económico-laboral y responsabilidad moral de los empresarios con el fin de crear nuevas formas de conciliación del tiempo de trabajo y del tiempo de educación familiar. Las organizaciones de padres, ayuntamientos y asociaciones juveniles deben impulsar nuevas formas de uso del tiempo libre y enfrentarse a todo un entramado de explotación comercial de adolescentes y jóvenes que los embrutece y aliena. Tenemos que impulsar la existencia de organizaciones culturales y asociaciones infantiles y juveniles que tengan como objetivo la educación ético-política.
La ciudadanía no surge de la nada, es el fruto que nace de un cultivo. Si no nos implicamos todos en esta tarea, dejemos a los profesores ser nada más y nada menos que trabajadores de la enseñanza. Bastante tienen con sobrevivir en el aula con los individuos que padres, medios de comunicación e instituciones les fabricamos.
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Rafael Díaz-Salazar

dilluns, 24 d’agost del 2009

es pot llogar la raó??!!

Passejant per CS, un anunci a un vidre.

Sense dubte, la prova de que tot, avuí dia, es pot mercantilitzar. Acabarem venent l'estupidesa?

Un cartell curiós.

divendres, 21 d’agost del 2009

Un centre a cada barri

Somniar està bé.

Seria genial que a cada municipi de castelló hi haguera un centre juvenil. Però no un centre com els que hi ha ara, dirigits per adults amb telèfon i internet i en els que no hi ha gent jove.
Parlem d'espais en que qui mana és el jove, conduit per un educador-monitor-animador-dinamitzador (no res de gestors culturals, administratius, tècnics, bedells, auxiliars ni gaites). I res d'animadors de despatx. Animadors dels de veritat, dels que treballen de vesprada, i els caps de setmana, i alguna nit de divendres si cal en vacances. Dels que tenen recursos: saben tocar la guitarra, preparar fàcilment un taller monotemàtic de qualsevol cosa, saben ballar, massatges, malabars, dirigir esports, tenen nocions de teatre i contacontes, cuinen, tenen destresa manual; aquestos no necessiten que es contracte a cap especialista: ho fan tot ells, sempre mantenen el contacte amb el grup de joves: xq per a ells el grup està primer que l'activitat.
Quan parlem de que mana un jove, es concreta en que hi ha un moment de presa de decisions, asamblea, i l'educador planteja les decisions al grup.

Seria genial, que n'hi haguera un a cada municipi, o almenys a 20 o 25 dels més forts de la província.

Així el centre dels joves de Benicàssim podria trobar-se amb altres adolescents. Els educadors no treballarien ailladament. Hi hauria una reunió setmanal per coordinar estratègies, tot pensat per aconseguir generar ELS LÍDERS JUVENILS que ens manquen a Castelló. Podria dur als responsables (joves) del nostre centre a reunir-se amb els responsables dels altres centres. El poder organitzatiu que tindria aixó no és comparable més que a èpoques en que a cada pas que els polítics donaven, la joventut eixia al carrer a manifestar-se i aconseguia influir.

I per a fer aixó, cal un polític compromés. Un polític progressista de veritat. Què siga conscient que el seu treball ÉS DEIXAR EN SEGON TERME LA BUROCRÀCIA DEL DIA A DIA, i prendre decisions, ilusionar-se i fer canvis a la seva realitat més inmediata.

A cada poble de Castelló li falta ben poc per aconseguir aixó: només un contractat a mitja jornada (monitor/animador/educador per favor) amb compromís social (uns 12000 euros a l'any), i una planta baixa mínimament habilitada per a dur a terme la seva tasca (si es lloga, pot costar 6000 euros a l'any. Total: 18000 euros a l'any.

18000 euros és el que costa al meu poble publicitar un certamen de guitarra.
18000 euros és el que costa a Benicàssim 1,5 dies de festes de setembre.
18000 euros no és res per a un Ajuntament, i sería molt per a decenes de joves.

Prendre eixa decisió faria més per la participació ciutadana que 40000 fòrums de pressupostos participatius.

UN BUEN ANIMADOR JUVENIL SABE QUE:

1.LA PARTICIPACIÓN SE ENSEÑA. Pedir a niños i a muchos jóvenes que sepan de forma natural crear, gestionar, hacer cosas por sí mismos y en grupo és como darse con la cabeza en la pared, no lleva a ningún sitio y además duele...

2.LA GENERACIÓN ESPONTANEA NO ES SUFICIENTE: HEMOS DE GENERAR NUEVAS ACCIONES CONTINUAMENTE. La autonomia no se consigue pensando que todos saben hacer todo ya. Si no hacemos nada, tal vez cada cinco años aparecerá un grupo de jóvenes que quieran hacer cosas por sí mismos. Si nosotros las empezamos, podemos tener 3 nuevos grupos haciendo cosas por si mismos cada mes en nuestro centro juvenil.

3.DESAPARECER, NO PERMANECER. Creamos una actividad solo para generar un grupo autónomo. Permanecer indefinidamente acompañando al grupo solo indica tres cosas: que el monitor tiene el ego muy alto, que tiene una gran dependencia del grupo (no el grupo de él, también ésto seria malo) o que el monitor no sabe hacer su trabajo.

4.EL ANIMADOR DESAPARECE, LA ACTIVIDAD NO. si desaparecer supone que desaparezca la actividad, no se desaparece y ya está. Però solo por un tiempo.

5.BUSCA IGUALES PARA CONVERSAR SOBRE EL TEMA. Pocos monitores consiguen dedicarse a lo que realmente deberian. Encuentralos y conversa sobre el tema periódicamente. La soledad és muy mala y compartir lo que haces y sabes puede ser útil a otra gente. Aún así, perder mucho tiempo hablando, da dolor de cabeza.

Víctor Escoín